Grace Acosta: una guajira en Bogotá

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Publicado: Vie, 20/01/2017 - 12:00

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Grace Acosta: una guajira en Bogotá

Con tres hijos y varias maletas cargadas de ropa, pero sobre todo de sueños y expectativas, esta mujer dejó su tierra hace 12 años con la ilusión de ejercer sus estudios y brindarle un futuro lleno de oportunidades a sus pequeños. 

Grace Acosta Torres es una mujer morena, robusta, con una melena abundante de rizos castaños, ojos grandes, nariz plana, una expresión risueña en su rostro y una voz dulce, y a pesar de que al principio se mostró rígida y poco conversadora, por más de dos horas que estuvimos conversando demostró ser una persona abierta al diálogo y dispuesta a expresar lo que hay en lo más profundo de su corazón. Y fue cuando luego de risas, anécdotas e historias, habló sobre el proceso más difícil por el que ha pasado, la muerte de su papá, el cual marcó un antes y un después en su vida, y “cada año que pasa duele como si fuera ayer. Yo le decía que teníamos una cita y que él no me había esperado”, recordó Grace.

Sin embargo, no es el sentimiento de tristeza el que abunda en la vida de esta maicaera, es decir, oriunda del municipio de Maicao, Guajira, sino la unión familiar, la motivación por cantar, la evidencia de los abundantes regalos de Dios y las incansables ganas de soñar tanto en sus proyectos personales como en los de sus hijos: Dublín, de 17 años, quien quiere estudiar medicina en Argentina; Néstor, de 15 años, sueña con vivir en Canadá y ser ingeniero civil; y Andrés de 14 años, fanático de la Biología Marina.

Gracias a su esfuerzo, valentía y dedicación, Grace ha podido desarrollarse en la capital del país, primero hizo un técnico en Auxiliar Contable en el Sena y en estos momentos está cursando noveno semestre de Contabilidad en la Universidad Jorge Tadeo Lozano, estudios que le han permitido ser competente y mantenerse activa en el mercado laboral.

¿Cómo ha sido el trabajo con la Fundación Compartir?

Desde el 13 de abril de 2015 inicié en el área de Contabilidad como Auxiliar de Cuentas por pagar, así que soy la responsable de todo lo que tiene que ver con facturas de proveedores. Me gusta mucho el calor humano que hay al interior de la empresa, lo cual me motiva a querer seguir creciendo y aportando con mi labor a la Fundación.

¿Qué has aprendido en estos casi dos años en la Fundación?

Mi fuerte siempre ha sido el tema de impuestos y la Fundación me ha permitido aprender sobre diferentes aspectos contables y también he aprendido de mis compañeros en cuanto a vivienda y construcción. Sería feliz haciendo auditorías.

¿Qué metas tienes?

Lo primero es terminar la carrera que he suspendido varias veces por múltiples razones y luego quiero especializarme en costos y en la parte tributaria.

¿Qué es lo que más disfrutas hacer?

Me gusta leer la biblia y me fascina cantar y bailar, aunque ya no lo hago desde que decidí entrar en forma a ser cristiana evangélica. A parte de mis hijos, tengo dos grandes pasiones: cantar y la contabilidad.