Nancy Medina: entre gatos y buenas experiencias

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Publicado: Jue, 23/06/2016 - 00:00

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Nancy Medina: entre gatos y experiencias

Son más de 30 años los que Nancy Medina ha colaborado a la Fundación Compartir desde diferentes partes del país, aunque, solo hace año y medio llegó a su vida lo que la hace más feliz, sus mininos.   

La primera opinión al hablar con Nancy Ruth Medina, puede que no sea la mejor, pero a medida que te comunicas con ella con más frecuencia, su actitud se vuelve cada vez más serena y sus expresiones de amabilidad son más espontáneas. De eso son testigos sus compañeros de 30 años de trabajo en el área de suministros en Hábitat, en donde se encargaba de las compras y contratos.

En toda su trayectoria con la Fundación Compartir, Nancy estuvo 17 años fuera de Bogotá asistiendo diferentes novedades y proyectos, en los que tuvo incontables experiencias y retos, por ejemplo, en Cali se hizo cargo de la Dirección de Suministros, en Medellín articuló el área de compras, en Quindío presenció la reconstrucción del municipio de Montenegro, y de Finlandia, Córdoba, y Buenavista en el Eje Cafetero, y además, vivió dos años en Cartagena durante la construcción de 962 viviendas en la Ciudadela Colombiatón, debido a unas inundaciones, en la que participó la Fundación Compartir.

Actualmente, es la coordinadora de procesos administrativos, apoyando la implementación de la política de inventarios, pero también, creando y organizando la base de datos. Sin embargo, no hay cosa que la haga más feliz que sus gatos: Ángel, Francés y Tot sus tres mininos, como los llama, con quienes juega, ríe y se divierte en sus momentos de tranquilidad en casa.

¿Cómo nació tu amor por los gatos?

Fue por mi hermana. Ella tiene un gato y un día que me quedé en su casa, jugué tanto con él que me encariñé y me parecieron tan bacanos. Entonces empecé a investigar, a leer y hace año y medio decidí tener uno, ahí fue cuando llegó Ángel y Francés, y hace unos meses recibí a Tot, el más chiquitín, es súper juguetón, inquieto y tierno.

Aunque cuando era niña, había uno en casa que le transmitió rabia a mi hermano menor, y desde ese momento, mi mamá y mi abuela nos inducían temor y rechazo por lo gatos diciendo que tenían una uña en la cola y miles de cosas más. Pero todo depende de cómo los críes y el cuidado que tengas con ellos.

¿En qué te identificas con tus mascotas?

En la independencia. Nunca he podido depender de nadie, tal vez por eso no me casé.

¿Qué te ha brindado la Fundación Compartir en 30 años?

Todo. Si no fuera por este trabajo, no sé a dónde estaría. Me ha dado la oportunidad de complacer mis gustos, me ha brindado estabilidad y satisfacciones, todas gracias a la Fundación Compartir. Por otro lado, he aprendido muchas cosas en cada uno de los desafíos que he tenido, en el caso de Cali fue una ciudad que me acogió muy bien y donde tengo grandes amigos como María de las Nieves. Todo está escrito, Dios te lleva a sitios donde no vas a estar con mucha gente, pero las personas que están, valen por mil.

¿Qué haces en tus tiempos libres?

Hacer locha, dormir, ver películas de dibujos animados, desconectarme de todo y consentir a mis gatos, peinarlos, eso me hace sentir tranquila. De vez en cuando voy a comer al corral un vaquero o una hamburguesa con coca cola y papas fritas, me encanta, y el helado, ni se diga.

¿Cómo te ves en un futuro?

Pensionada, viviendo en un clima cálido rodeada de plantas y muchos muchos gatos. Me encantaría viajar a Oslo, Noruega para ver la aurora boreal, a Alaska y a la Patagonia, donde pueda disfrutar de  la naturaleza, de los animales, y estar relajada.