El año 1979 fue en particular infortunado: un maremoto golpeó a Tumaco; un terremoto sacudió a Pereira y sus zonas aledañas; el río Magdalena anegó parte de sus regiones ribereñas; el río Bogotá inundó 10 barrios del sector de Patio Bonito, al sur de Bogotá. A raíz de esto, unas 25 familias resultaron afectadas y por un llamado del ex presidente Carlos Lleras Restrepo, surgió la idea de convocar empresarios para crear una organización capaz de generar recursos importantes e invertirlos de manera eficaz y trasparente a favor de la población desposeída, en especial en casos de desastre. Así nació, hace 37 años, la Fundación Empresa Privada Compartir.
El trabajo comenzó por llevar auxilios básicos a los damnificados –medicamentos, alimentos, carpas- y reponer las viviendas en Patio Bonito, con la construcción del barrio Compartir-Meissen, con cerca de mil soluciones de vivienda. A su vez, en Cauca y Huila se auxilió a la comunidad de los paeces, cuyas viviendas se las había llevado el río Páez.
Luego se atendieron otros desastres: el sismo de Pereira y el terremoto del eje cafetero, donde, en asocio con la Gobernación de Cundinamarca y la Alcaldía de Bogotá, se reconstruyeron acueductos, edificios públicos y colegios en Armenia y otras seis localidades, incluyendo a Montenegro. En Cundinamarca, en ejemplar acción preventiva, por iniciativa y con recursos de la Gobernación, se reubicó la población de San Cayetano, amenazada por un deslizamiento. Además, por convocatoria presidencial y con recursos privados y públicos, se construyó en Cartagena la Ciudadela Colombiatón que consistió en la entrega de mil casas, parques y un colegio.
Esta experiencia enseñó que la tranquilidad de las personas está relacionada con la vivienda, y es así, que a lo largo de estos años, la Fundación Compartir ha construido más de 27 mil viviendas de interés social, y ha apoyado la mejora del espacio público –un estímulo a la integración y la solidaridad-, recuperando más de 95 parques entre ellos el de la Calle 93 en Bogotá y el de Algarrobillos en Valledupar.
La primera aproximación de Compartir al tema de la educación, se dio con la construcción de colegios en proyectos de vivienda, que hoy suman más de 60 instituciones educativas y Centros de Desarrollo Infantil (CDI). Se entendió también que la mejora de la calidad educativa es la necesidad fundamental del país y en convenio con la Secretaría de Educación de Bogotá, que aportaba un subsidio por estudiante, Compartir administró los centros educativos: Compartir Tintal, del 2006 al 2013 y Compartir Bochica, de 1999 a diciembre de 2011.
El análisis del factor humano como determinante de la calidad de la educación dio origen al Premio Compartir al Maestro, un reconocimiento público a los docentes colombianos, que con profesionalismo y proyectos novedosos, benefician a sus estudiantes y la comunidad educativa en general. En dieciocho ediciones de este premio, se han recibido más de 28.187 postulaciones, incluyendo las recibidas para la premiación del 2017, han sido nominados 301 maestros y han sido galardonados 54 Maestros Ilustres y 18 Grandes Maestros. En 2012, Compartir lanzó el Premio Compartir al Rector para destacar el liderazgo de los rectores y directores del país, promover las competencias para la buena dirección de establecimientos educativos y rendir un homenaje a los más sobresalientes.