Debido a la problemática referente al mercado negro de divisas en el vecino país, la situación de contrabando de acero por extracción ha vuelto a tomar impulso.
Esto dado que al existir dos tasas de cambio paralelas los contrabandistas en vez de comprar 30.000 bolívares por usd en los bancos, compran 240.000 bolívares por usd en el mercado negro, para luego comprar el acero.
Dada esta situación la tonelada que entra de manera legal por puerto en Barranquilla tiene un valor de 700 dólares, mientras que al ingresar ilegalmente por la frontera en Cúcuta entra con un costo de 400 dólares aproximadamente.
¿Qué hace el contrabandista? vende lo más rápido posible y por debajo del precio para lograr una utilidad grande. Por ejemplo el kilo de Laminado en caliente – HRC -, en el mercado colombiano, cuesta entre $2.100 y $2.050 y los delincuentes lo venden entre $1.650 y $1.750.
Para dimensionar lo preocupante de la situación se tiene que por cada 1000 toneladas legales entran 3000 ilegales a Colombia, siendo que en 2017 ingresaron al país aproximadamente 30.000 por contrabando. Esto representa una relación de 1 a 10.
Adicionalmente de la problemática económica que esta situación produce, aquellos que buscan generar ingresos mediante el contrabando están incurriendo en diferentes delitos como lo son lavado de activos, evasión de aranceles e iva y una de los más complicadas el cual consiste en el incumplimiento de la norma de calidad para acero en construcción; la cual pone en riesgo permanente las edificaciones construidas con este material.
Como dato adicional se tiene que en este momento el volumen de material que produce la Siderúrgica del Orinoco (Sidor) sobrepasa la capacidad del mercado venezolano, dada su depresión económica. Por lo cual este acero debe buscar mercados fuera del país, generando una importante oferta.