Conozca los problemas planteados en un evento organizado por la Universidad de los Andes y con la participación de expertos de Norte América, Europa y América Latina.
La educación superior en Latinoamérica enfrenta dificultades que pueden ser abordadas con innovación: 50 % de los estudiantes que ingresan a la universidad no saben qué quieren estudiar a su temprana edad, existe una alta deserción, hay una tensión entre investigación y docencia, los estudiantes tienen sobrecarga en actividades presenciales obligatorias y numerosas e, incluso, algunos programas siguen estando diseñados por contenidos.
Estos son algunos de los problemas planteados durante el encuentro Innovaciones curriculares en Educación Superior, liderado por la Vicerrectoría Académica de la Universidad de los Andes y que contó con la participación de expertos de Norte América, Europa y América Latina.
“Para Los Andes la innovación curricular es una expresión más de nuestro espíritu emprendedor e innovador, de nuestro quehacer diario en un mundo que se transforma permanentemente. La innovación es el alma y la razón de ser de la universidad”, afirmó Pablo Navas, rector de Los Andes, durante la instalación del encuentro que se realiza en el marco de la celebración de los 70 años.
Y es que, desde su nacimiento, la Universidad de los Andes se ha destacado por emprender reformas académicas pioneras en el país. Los Andes nació con la idea de una Escuela de Estudios Superiores que brindara una educación general, basada en las humanidades y las ciencias y no profesionalizante, a todos sus egresados.
La Universidad fue pionera en Colombia en la distribución de los periodos académicos en semestres, el énfasis en la formación en una segunda lengua, la introducción del concepto de crédito académico, la oportunidad de cursar doble carrera y los programas coterminales, entre otros.
Buena parte de esta experiencia de Los Andes ha sido aprovechada por el sistema de educación superior colombiano generando políticas públicas.
Sin embargo, la tarea de innovar no se limita a un momento determinado. Para Carl Langebaek, vicerrector Académico de Los Andes, es vital innovar permanentemente y cambiar dado que el entorno cambia y las sociedades demanda cosas nuevas, así como para resolver los problemas que afronta la educación superior. No obstante, señaló que “la importancia de las reformas curriculares no son las reformas por sí mismas, si no la reflexión que despiertan en la comunidad académica”.
Agregó que el modo como se den esas reformas dentro de las instituciones es fundamental para que tengan éxito. Explicó que muchas veces las reformas hechas “desde arriba”, aunque puedan representar menos tiempos no resultan sostenibles por dos razones: 1. Porque los cambios pequeños, como los implementados por decretos, atentan contra la integridad del currículo, impiden pensarlo de forma integral. 2. Impiden que las discusiones se interioricen en la comunidad académica, que es finalmente la que hace la tarea y esa falta de interiorización siempre tiene serios problemas que atentan contra la formación de estudiantes autónomos.