Londres, Melbourne y Bergen son solo tres de las ciudades que cuentan con edificaciones en madera, una verdadera azaña de la ingeniería.
Aunque pareciera impensable que la madera se pueda utilizar para construir edificios, o más bien, rascacielos, hace unos años, luego de muchos estudios e investigaciones, se comprobó que este material natural puede resistir estructuras en altura, pero sobre todo, reducir el impacto ambiental ya que evita el uso del concreto y otro tipo de insumos altamente contaminantes.
Aquí les hablaremos de dos edificios hechos en madera y de un rascacielo que está en proyecto, el cual será el más alto del mundo construido en ese material.
Forte Building
Fue construido con piezas prefabricadas en madera laminada por la empresa Lend Lease, quienes aseguran que redujeron 1600 toneladas de CO2 en el proceso de edificación de los 10 pisos y 23 apartamentos. Además, el rendimiento térmico que posee permite que sus habitantes ahorren energía y luz en la ciudad de Melbourne, Australia.
Stadthaus
Es un edificio de 30 metros de altura y 29 apartamentos ubicado en Londres, diseñado por la firma Waugh Thistleton Architects con el objetivo de tener un impacto ambiental mucho más bajo por la utilización de madera tratada y aislada para evitar la humedad. Entre las características que acompañan a este proyecto están: la fachada está cubierta con un aislamiento térmico para mantener una temperatura ideal y en la construcción se usaron paneles recubiertos con lana mineral como aislante térmico que evita que el ruido se filtre al interior y también es resistente al fuego.
Rascacielo en madera más alto del mundo
Este imponente ‘skyline’ en madera será el más alto del mundo debido a que cuenta con una torre de 300 metros de altura, 90 mil metros cuadrados y 80 pisos en donde estarán ubicadas 1000 viviendas hechas con alrededor de 65 mil metros cúbicos de madera proveniente de bosques sostenibles en Gran Bretaña. El rascacielos superará al actual más alto construido en madera con 14 apartamentos que se encuentra en la ciudad de Bergen, Noruega.
Esta iniciativa está a cargo del Departamento de Arquitectura de la Universidad de Cambridge en alianza con el estudio PLP Architecture y la consultora Smith y Wallwork.