En Colombia la producción industrial se reactivó en 2018: creció 2.8%

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Publicado: Jue, 07/03/2019 - 12:04

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En Colombia la producción industrial se reactivó en 2018: creció 2.8%

Falta de demanda, costo/suministro de materias primas, estrategias agresivas de precios y comercialización, principales obstáculos que de los empresarios en Colombia. 

Con un crecimiento de 2,8% en 2018, la producción industrial cambió la tendencia negativa que había mostrado en el último año. Con este resultado de las manufacturas también se observa un comportamiento de la economía colombiana que puede calificarse como favorable. No solo se consolida la tendencia de la recuperación, sino que se logran tasas significativamente mejores a los resultados del año anterior, en medio de un entorno de incertidumbre y volatilidad en los mercados, cuestión que ha sido característica de todo este año.

De acuerdo con los resultados de la Encuesta de Opinión Industrial Conjunta (EOIC), que la ANDI realiza con Acicam, Acoplásticos, Andigraf y Camacol, en el período enero-diciembre de 2018, comparado con el mismo periodo de 2017, la producción aumentó 2,5%, las ventas totales 2,2% y, dentro de éstas, las ventas hacia el mercado interno aumentaron 2,0%. En el año inmediatamente anterior, estas tasas eran de -1,1%, -0,5% y -1,2%, respectivamente.

A nivel sectorial, se observa que prácticamente todos los subsectores industriales evaluados registraron tasas positivas.

En los demás indicadores de la EOIC encontramos una recuperación de la capacidad instalada frente a los últimos años; un nivel de pedidos estable, una situación favorable de la industria y las mejores expectativas muestran cifras alentadoras con respecto al último trimestre de 2017.

En el contexto internacional, la industria colombiana en 2018 crece por encima de la mayoría de países latinoamericanos, revirtiendo lo registrado en el año anterior.

 

Actividades

Al igual que en la industria, se presentó un buen comportamiento en las demás actividades económicas: el comercio al por menor aumento 6,0%; las exportaciones totales tuvieron una variación positiva de 10,4%, dentro de las cuales en el sector industrial aumentaron 8,3%, y, las importaciones de bienes de capital para la industria aumentaron 10,5%.

Para el año 2018 la demanda de energía eléctrica creció 3,18% y la demanda no regulada de la industria aumentó 2,71%.

En diciembre de 2018 el indicador de uso de la capacidad instalada se situó en 79,7%, nivel superior al observado en el mismo mes del año anterior. En el año, el promedio de utilización de capacidad instalada fue de 79,8%, superando el promedio de utilización alcanzado en el 2017 (76,2%).

 

Inventarios

Respecto a los indicadores de inventarios y pedidos, encontramos que en diciembre el 89,4% de la producción encuestada califica sus pedidos como altos o normales, y en el caso de los inventarios, estos son calificados como altos por el 15,6% de la producción manufacturera. Para el año completo, el indicador promedio de volumen de pedidos (87,9%) es superior al de 2017 (79,6%). Por su parte, el porcentaje de la producción que califica sus inventarios como altos fue en promedio en 2018 de 17,9%, indicador inferior al promedio observado en el 2017 (21,4%).

Clima de Negocios La situación favorable por la que atraviesa la industria manufacturera también se refleja en la percepción de los empresarios sobre el clima de negocios, como lo muestran los indicadores de la Encuesta de Opinión Industrial Conjunta (EOIC). En efecto, para el año 2018 el 60,2% de los encuestados califica la situación actual de la empresa como buena, nivel significativamente superior al observado en 2017 (55,3%). Por su parte, el porcentaje de empresas que prevé una mejor situación en el inmediato futuro pasó de un promedio de 36,2% en 2017, a 44,3% en 2018.

 

Obstáculos para la actividad productiva

En el 2018, de acuerdo con la encuesta, los principales obstáculos que enfrentaron los empresarios en el desarrollo normal de su actividad son en su orden: falta de demanda, costo/suministro de materias primas, estrategias agresivas de precios y comercialización, tipo de cambio, contrabando, infraestructura y costos logísticos, incertidumbre tributaria, capital de trabajo, excesiva normatividad y cartera.