Un trabajo que busca minimizar el impacto ambiental de sustancias como arsénico, mercurio y otros metales pesados en el agua.
El Grupo de Nanociencia y Nanotecnología del Instituto Geofísico de la Universidad Javeriana en Bogotá, hace tres años ha venido investigando para desarrollar nanosensores que permitan determinar el nivel de contaminación por arsénico, mercurio y otros metales pesados en el agua.
Lo extraordinario de esta iniciativa, es que a través de una pequeña, liviana y rectangular placa de metal con una delgadísima capa brillante de unos cincuenta nanómetros, imperceptible para el ojo humano, se puede identificar si un afluente o fuente hídrica está libre de riesgo o si además, puede contener metales pesados que luego de largas exposiciones, podrían causar enfermedades neurodegenerativas o cáncer en los seres vivos.
Además, plaxmanos, como se le denominó a este proyecto, podría determinar qué tanto arsénico se ha colado en los ríos y reservas de agua del país, el cual de acuerdo con estudios académicos, remonta su origen no solo al geológico sino que también proviene de curtiembres, plaguicidas e insumos utilizados por industrias como la farmacéutica, la textil o la minera, que no tienen mayor control, cuidado o alerta ambiental.
Todos estos avances se pueden lograr con esta iniciativa de nanosensores que adhieren moléculas para atrapar los átomos de los metales pesados como el arsénico, uno de los más peligrosos de la naturaleza en su estado inorgánico, proyecto que hasta el momento ha tenido un trabajo bastante técnico en cooperación con la Universidad de los Andes, pero que inicia la fase de componente social, que significa transferir esta tecnología a las comunidades.