El páramo más grande del mundo y que abastece de agua al 10% de Bogotá, está generando muchos desafíos para su óptima conservación.
Inversión en proyectos de restauración y conservación de las cuencas, son algunas de las estrategias que la organización The Nature Conservancy se ha propuesto para proteger uno de los recursos hídricos más grandes del mundo, y fue a través de un artículo de ElEspectador.com en donde cuentan cómo se está llevando a cabo esta labor.
Esta organización internacional lleva 30 años en Colombia, y por medio del fondo Agua Somos busca la manera de conservar los puntos estratégicos del sistema hídrico nacional, entre ellos está Sumapaz, el páramo más grande del mundo que abastece de agua al 10 % de Bogotá. Por estos días, el reto más grande es lograr conservarlo ante una agricultura que le ha ido robando pedazos de suelo y ante la dificultad de que el agua que retiene en sus superficies y neblina debe oponerse a la contaminación y sedimentación que es arrojada abajo, cuando se convierte en el río Chisacá.
Adriana Soto, directora de The Nature Conservancy para la región Andes del Norte y Sur de Centroamérica (Nasca) aclara que: “Las cercas vivas, la ganadería silvopastoril, la restauración ecológica, los viveros comunitarios y la conservación del páramo, son una inversión en infraestructura verde, que son los ecosistemas en sí, los cuales nos dan servicios, pero además, traen cobeneficios”.
TNC junto con socios estratégicos como la Fundación Femsa, Bavaria, el BID y Argos, entre otros, han logrado conservar y restaurar el equivalente a 28.000 canchas de fútbol profesional. En el área de Chisacá, específicamente, están trabajando con 35 familias, han cercado 12 kilómetros de rondas de río y, sumando las otras 15 familias que participan con el programa en Chingaza y el sistema Tibitoc, han conservado el equivalente a 2.150 canchas de fútbol.