Tenían las ganas, investigaron y ahorraron para estar preparados cuando llegara el momento de tener casa propia.
Milton, comerciante; Clara Inés, empleada en una fábrica de confección de ropa; y su hija de 17 años, Yirly, patinadora de alto rendimiento, conforman a la Familia Moreno Gutiérrez, quienes desde hace casi 20 años soñaban con la posibilidad de adquirir un apartamento, tener un espacio propio en donde se sintieran estables y no dependieran de que el dueño les pidiera la casa o en ocasiones, cohibirse por vivir en una casa familiar.
Este último factor fue el caso de ellos, por lo que de manera decidida y enfática se dispusieron a cambiar el rumbo de sus vidas y fue por medio de una llamada de la Secretaría Distrital del Hábitat, que tiene como misión generar e implementar políticas de hábitat que mejoren la vivienda y el urbanismo de toda la población, en particular a los de ingresos más bajos; que conocieron el proyecto El Verderón etapa I ubicado en Bosa La Paz.
Así que desde enero del 2015 comenzaron a tramitar un subsidio con esta entidad y en junio del año pasado les presentaron lo que sería su hogar. Desde ese momento, la Fundación Compartir y su grupo de asesores estuvieron acompañando el proceso de la familia, que hace dos meses vio materializado su sueño y recibió su apartamento propio con dos habitaciones, dos baños, cocina y sala-comedor. Espacios que arreglaron a su gusto, pero sobre todo, que cuentan además con áreas seguras, la ubicación deseada y acceso a todo tipo de almacenes a su alrededor.
¿Qué fue lo que les llamó la atención de El Verderón etapa I?
Clara Inés: La ubicación porque nos quedaba muy cerca de donde estábamos viviendo y no nos alejaba de lo que ya conocíamos; y también la organización del conjunto, que está pensado para que la gente viva bien, tanto las escaleras como el resto de los espacios son muy cómodos.
¿Qué se siente tener casa propia?
Clara Inés: Todo el mundo quiere tener su casa porque es la tranquilidad de tener lo tuyo y no estar pensando que te van a sacar. Poder arreglarla a tu gusto, comprar las baldosas, pintarla del color que quieras, poner la cocina, los muebles y todo lo demás nuevo, y luego verla tal cual como te la imaginabas, es muy bonito.
Milton: Nuestra vida tuvo un cambio del cielo a la tierra, dio un giro de 180º. Después de 20 años conseguimos lo que queríamos.
¿Quién escogió los colores de la decoración?
Clara Inés: Quería un color diferente a lo que usualmente se utiliza, así que entre Milton y yo decidimos que gris, pusimos una pared negra y accesorios rojos. Teníamos claro lo que queríamos y no nos dejamos convencer, cambiamos la cocina y otros espacios como nos gustaban más.
¿Qué consejo les darían a las familias colombianas que tienen el mismo sueño?
Clara Inés: Ahorren y enfóquense en lo que quieren. Las cosas no salen en el momento que uno quiere, toca darle tiempo y no desanimarse.
Milton: Dejar el negativismo que es el que no te deja progresar, te genera miedo y te quedas esperando a que no se den las cosas. Hay que tomar una decisión y cuando lo haces todo se alinea para que las cosas salgan bien.
¿Qué papel jugó la Fundación Compartir?
Clara Inés: La Fundación hizo realidad el sueño de tener una casa propia, nos abrió las puertas, nos dio la información que necesitábamos, nos guio y nos dijeron cómo hacer las cosas.