En un colegio no solo se deben formar a los estudiantes para completar un examen estandarizado sino también en ciudadanía y valores.
A partir de la Constitución de 1991, Colombia se convirtió en un Estado Social de Derecho, lo cual contemplaba mayor apertura ciudadana en el país que se debía ver reflejada en las instituciones educativas; siendo los colegios los responsables de incentivar las prácticas democráticas por medio del gobierno escolar, la elección de personeros e incluir una clase de democracia, vinculada al área de Ciencias Sociales, como lo que está pasando actualmente con las Cátedras para la Paz.
Sin embargo, la solución no está en someter a los estudiantes a una clase más, ya que está comprobado que con una clase no se enseña el respeto y a pesar de que la inversión ha aumentado en los últimos años, el enfoque general ha sido mejorar en las pruebas Pisa y Saber; concentrándose en aprender a llenar un examen de selección múltiple para mejorar en los estándares internacionales o nacionales y no en formar ciudadanos éticos.
Teniendo en cuenta esto, la doctora en Educación Tessa Jolls dice: “Subir un puesto en un ranking, estar entre los mejores de la región en educación (una de las más rezagadas del mundo), o ser el mejor colegio en Saber no nos sirve si no nos respetamos”. Además, la profesora de la Universidad Pedagógica Elsa Amanda Rodríguez solía decir que a Colombia no le sirve una población más educada que miente y que mata. Si la cátedra de religión, ciudadanas, democracia, no funcionó para formar a una sociedad diferente, la cátedra de paz no necesariamente será la alternativa.
En conclusión, la educación no es la única culpable ni tampoco la responsable de las competencias ciudadanas de las generaciones futuras, pero es un escenario privilegiado para cambiar las prácticas sociales de violencia y de trampa que han marcado al país; lo cual no se resuelve con una clase, ni con una cifra de infraestructura, ni con repartir unas becas o construir un índice de calidad. Hay estrategias transversales y se ha producido una gran bibliografía sobre el tema como investigaciones sobre las competencias socioemocionales, la psicología positiva, que hay que incluir dentro del debate educativo.