Mónica Narváez: dispuesta a escribir una nueva historia

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Publicado: Vie, 22/07/2016 - 00:00

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Mónica Narváez: dispuesta a escribir una nueva historia

Después de más de 20 años entregados a la Fundación Compartir, su proyecto de vida está tomando un rumbo deseado por ella y su familia.

No fue nada fácil para Mónica Narváez contar algunos detalles de su vida personal, lo que si fue mucho más sencillo fue hablar de su experiencia con la Fundación Compartir, siendo de entrada muy sincera y directa al decir que solo iba a contarme sus más o menos 21 años de labores con la Fundación. Sin embargo, a medida que siguió nuestra conversación, la prevención bajó y nuestra charla se hizo más fluida. 

Mónica es una amante de las pastas y las lentejas, las cuales suele hacer muy bien a pesar de no ser una experta en la cocina, habilidad que adquirió al nacer su hija, Lina María, quien tiene 18 años y acaba de regresar después de casi un año en la ciudad de Nueva York, donde vivió diferentes retos y experiencias junto a los primos y tías de su mamá, con quienes Mónica ha mantenido una relación fuerte durante toda su vida. 

Una vida en la que siempre ha estado presente la Fundación Compartir, primero formando parte del departamento de Desarrollo Social y Comunitario, en el que 11 trabajadoras sociales y 3 psicólogos se encargaban de proyectos ubicados en zonas a los alrededores de Bogotá y en ella, como: Lucero Alto, Potosí, Suba, Anapoima, Bochica, San Isidro, Cazucá y Meissen, territorios en los que se requería el relacionamiento directo con la comunidad, papel que Mónica disfrutaba, a través del Centro de confección, la selección de las personas para adjudicarles una vivienda y el trabajo con Prodem, programa sobre desarrollo emprendedor e innovación en América Latina. 

Pero también, estuvo su aprendizaje en la parte comercial, haciendo promesas de venta, créditos, y administrando provisionalmente el conjunto de Compartir Suba, donde además dictó clases en el colegio y en el de Bochica. Luego llegó al área de Seguridad y Salud en el Trabajo y es quién actualmente documenta y redacta los instructivos necesarios evitar accidentes tanto en obras como en la sede administrativa.

Después de todo, resultó que no era capaz de tomarse una foto sin hacer muecas, sacando a relucir su lado fresco y divertido, así que recorrimos varios puntos y entre muecas, sonrisas, carcajadas y cara seria, logramos nuestra fotografía.

¿Por qué elegiste la carrera de Trabajadora Social?

Yo no la elegí, fue de chiripa porque no pasé en el Externado en Relaciones Internacionales. Así que mi mamá me dijo que me inscribiera en eso, que una amiga de la vecina le había dicho que era buena y ella no me quería ver en la casa haciendo nada. Yo no estaba interesada en buscar, ni en saber de qué se trataba y el día que salieron los listados, fui con una amiga, ella fue quien revisó, pero yo le decía: “No importa si pasé, de todas formas le voy a decir a mi mamá que no quedé”. Al final le terminé diciendo a mi mamá y la verdad creí que solo iba a ir una semana y no iba a volver, pero si me gustó.

¿Cuál ha sido tu mejor momento en la Fundación?

No podría escoger uno solo. La Fundación siempre ha estado acompañándome durante toda mi vida, desde que salí de la Universidad hasta ahora. Gracias a ella pude ahorrar estando en Anapoima y comprarme mi apartamento en Bochica, y durante ese tiempo tuve una de las experiencias más bonitas e importantes que he vivido y que me marcó para siempre porque fue donde conocí a mi esposo.

¿Qué es lo que más disfrutas hacer?

Cocinarle los fines de semana a mi esposo y a mi hija, agradarlos y tener un momento en el que nos podamos sentar en la mesa y hablar, tomarnos un vino, compartir con ellos mientras se ven un partido de fútbol, aunque a mí no me gusta, pero sé que eso les apasiona y me hace feliz estar ahí. 

¿Qué sigue en la vida de Mónica?

Mi hija un día me dijo: “Mamá yo ya quiero tener mi vida, mi espacio, mis cosas, y yo siempre te vi fue trabajando”. Eso me puso a pensar e hizo que revaluara algunas cosas de mi vida, pensara en mis sueños. Por eso viajé a Nueva York con mi hija por un mes y estudié el posgrado en Gerencia y Salud Ocupacional. Mi próximo destino es el Amazonas, pero también quiero conocer Disney World.