El pasado 11 de mayo Fecode convocó a los educadores a que participaran de una manifestación ante el MEN y ante esto, el movimiento ciudadano expone su opinión.
Falta de acuerdo por incremento salarial y problemas con el sistema de salud del magisterio, fueron algunas de las razones que manifestó la Federación Colombiana de Educadores (Fecode) para cesar las actividades desde el pasado jueves 11 de mayo, y respecto a esto, el movimiento ciudadano Todos por la Educación se pronunció, trayendo a colación varios puntos.
1. Ser docente en Colombia es sin dudas una labor compleja. Aún más, si las condiciones económicas y del servicio de salud no cumplen con los requisitos básicos para una calidad de vida. Los docentes son la pieza angular en la formación de ciudadanos comprometidos con lo público y sino garantizamos sus necesidades básicas, ¿cómo pretendemos que nuestros jóvenes quieran proteger lo público?
2. En las últimas décadas, el Estado ha aumentado la cobertura de la educación básica, propendido a la calificación de los educadores y buscando estrategias para mejorar la calidad. Sin embargo, los esfuerzos no han sido suficientes y de acuerdo con Fecode, son cerca de 600 mil millones de pesos los que faltan para atender los programas de la educación oficial.
Por lo anteriormente expuesto, Todos por la Educación hace un llamado al Gobierno Nacional y a Fecode, para que tengan en cuenta que los niños, niñas y adolescentes son lo más importante y hacen un llamado a que se retome el diálogo y se lleguen a acuerdos que atiendan las necesidades más sentidas de los docentes, sin afectar el acceso a la educación de los cerca de 8 millones de estudiantes afectados por el paro.
Para el movimiento, este es el momento de explorar otros caminos que construyan la estructura del sistema educativo que todos queremos, que partan de la construcción de políticas estructurales y de Estado, para que coyunturas como estas no debiliten las políticas sociales. En las que se convoque no solo al sector educativo sino también a representantes de los partidos políticos, la academia, los gremios económicos y, desde luego, al Gobierno.