La formación de los rectores es uno de los principales retos, según Clara Amador-Lankster, asesora experta Fullbright.
Los rectores de los colegios tienen grandes responsabilidades para las cuales muchas veces no han sido preparados. Así lo afirma Clara Amador-Lankster, asesora experta Fullbright, quien alerta sobre la necesidad de invertir en la formación de los directivos de las instituciones de educación básica y media.
Para la profesora de la National University en Los Ángeles, cuando nos referimos a liderazgo directivo se habla de “todas las áreas de competencia, de destreza, de habilidades, de conocimiento que tiene el rector para llevar a cabo la misión de la escuela, así como los proyectos, las metas y todo lo que es el alcance del impacto escolar en una comunidad de estudiantes y por extensión en sus familias”.
Agrega que la escuela se convierte en un centro importante de acción y el rector es el que va a dirigir esa acción en conjunto y en comunicación con sus equipos directivos.
Aunque en Iberoamérica se cuenta con diferentes prácticas institucionales en torno al rol del rector, Amador-Lankster, quien ha sido rectora de instituciones públicas en Los Ángeles, EE.UU., maestra e investigadora, asegura que como comunidad se ha empezado a entender mejor el puesto del rector como líder pedagógico, y no solo como gestor de recursos financieros y administrativos.
No obstante, “no hemos llegado a un consenso sobre la selección, formación y la evaluación del rector”, dice. Por esto, propone la creación de políticas públicas que determinen los requisitos para llegar a ser rector de un colegio, su formación previa y durante el ejercicio de su labor.
Clara Amador-Lankster estuvo en la Universidad de Los Andes, en Bogotá, Colombia, asesorando el Programa Rectores Líderes Transformadores (RLT), liderado por la organización y aliada de la Fundación Compartir, Empresarios por la Educación, y apoyado por la Facultad de Educación del claustro universitario.
Texto original: Universidad de Los Andes.