A través de este proyecto se pone en práctica un ritual de siembra ancestral y un ritual de alimentos que permite conservar la cultura wayuu.
En la comunidad Guaymaral, corregimiento de La Gloria en Manaure están felices con todos los proyectos que se desarrollan para garantizar la seguridad alimentaria y sostenibilidad de toda la población.
Las 40 familias tienen un molino y un pozo, que funcionan con paneles solares para abastecer de agua a la huerta comunitaria y a todas las viviendas que están tanto en Guaymaral como en Parenska, al otro lado del río Ranchería.
Ellos a través de este proyecto ponen en práctica un ritual de siembra ancestral y un ritual de alimentos que les permite conservar una cultura y fortalecerlas en las nuevas generaciones de wayuu.
Esta iniciativa ganó premio
Este proyecto postulado por la Fundación Promigas e implementada en alianza con la Fundación Alpina y el acompañamiento de FUCAI en el departamento de La Guajira, fue la ganadora del Premio Transformadores 2017 de RedEAmérica (una red del sector empresarial dedicada a la promociñon de comunidades sostenibles), en la categoría de Inversión Social Privada y Comunidades Sostenibles.
Watta Kai, voces y capacidades para el buen vivir de la Guajira colombiana así se llama la iniciativa. Según los jurados valorando la cultura local, permitió a los actores gestionar soluciones a la problemática de salud y nutrición usando las tradiciones y los saberes ancestrales, fortaleciendo la gestión de las instituciones locales y el control ciudadano.
El 95% de la población infantil accedió a atención nutricional, vacunación, controles de crecimiento, y a educación con la veeduría de la autoridad indígena; se recuperó la práctica milenaria de cultivo de semillas de su cultura en huertas comunitarias: se crearon observatorios familiares, que tienen su debido seguimiento para verificar que se cumplan. Hace tres años se desarrolla este proyecto.
Zaida Cotes, autoridad tradicional, señala que se sienten felices. "Al tener agua, tenemos alimentos y hay vida". Las mujeres en esta ranchería preparan sawa, un cereal para los niños bajos de peso y otros alimentos ancestrales que estaban en el olvido.
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