Contemplar una amplia visión a futuro del impacto de las políticas del gobierno de turno, la situación del mercado y las condiciones técnicas del predio en el que se desarrollará el proyecto, la clave.
Muchas veces el éxito o fracaso de un negocio inmobiliario no depende del momento del mercado, ni de la coyuntura que esté pasando la economía local o global. Y esto es un concepto que se debe entender en momentos de crisis, como el que vive el mundo en la actualidad.
Carolina Martínez Plazas, gerente de TIN y experta en estructuración de negocios en el sector inmobiliario, asegura que el verdadero éxito de un proyecto depende de varios aspectos que se deben ejecutar desde la concepción de la idea del negocio. Por eso, desde su experiencia, da 5 claves para alcanzar el éxito en el desarrollo de un negocio inmobiliario.
1. Estructurar desde la concepción de la idea del negocio
La rigurosidad de la estructuración de un negocio inmobiliario es fundamental para alcanzar el éxito del mismo. “Esta solo se alcanza haciendo un ejercicio integral muy juicioso, con un equipo interdisciplinario”, el cual debe llevar a cabo una profunda investigación de todas las variables que integran el desarrollo del proyecto.
2. Entender las políticas de gobierno
Además de revisar el entorno inmediato en donde el proyecto estará ubicado, es importante entender las políticas del gobierno local y nacional a un nivel mas macro, en cuanto al perfil del negocio (subsidios, alivios, incentivos, exenciones, cargas). “Además, se deben analizar a cabalidad las condiciones técnicas del área de influencia, contemplando factores como topografía, suelos, servicios públicos, accesos, movilidad, condiciones ambientales y obras o trámites para la mitigación de los impactos que alguno de estos factores requiera”.
3. Entender el mercado
También, de acuerdo con Carolina Martínez Plazas, es necesario entender el mercado, no desde la óptica ligera de cómo le fue al vecino o a cómo vendieron los otros, sino hacer un juicioso estudio casi que antropológico para entender las necesidades de los habitantes de la zona, la transformación de las costumbres o el arraigo de las mismas, y la capacidad de absorción que quede o tenga como potencial el sector que se intervendrá. Este punto es fundamental para superar hoy en día la crisis, pues todos los hábitos se van a transformar necesariamente y a partir de estas nuevas necesidades es que la arquitectura, como parte del desarrollo inmobiliario, empieza a jugar un papel fundamental en los proyectos. El mercado cambiará con base en las nuevas necesidades.
“Es aquí donde algunos desarrolladores pecan por ingenuos o ligeros, y deciden lanzarse con un proyecto con una excelente ubicación que, finalmente, fracasa por el tipo de producto, precio o especificaciones con que se proyectó, o porque no contemplaron en sus tiempos las gestiones técnicas que determinarían los costos y cronograma del negocio”, señala Martínez Plazas.
4. Rigurosidad en el análisis de las variables
Después de entender el mercado, es necesario analizar con rigurosidad el resto de variables. Por ejemplo, es válido decir que el mercado está saturado de un producto, que no hay demanda o que no es el momento para salir con un proyecto en determinada zona, “pero siempre existirá un desarrollo que deje ‘con la boca abierta’ a todos, porque mientras los demás, prudentemente, prefirieron ser conservadores, quien lo estructuró y desarrolló tuvo no solo el olfato y la sabiduría para proyectarlo, sino que hizo un riguroso ejercicio en su proceso de estructuración acompañado de un equipo experto y especializado en cada una de las disciplinas que se requieren para el desarrollo”.
5. Responsabilidad en la misión
Debemos desmitificar el concepto que hacer un modelo financiero es estructurar un negocio inmbiliario, esto es solo un 5% del proceso. Tampoco lo es revisar un reporte de ventas y aterrizar un diseño fantástico en un terreno. Para estructurar correctamente un negocio inmobiliario es fundamental “sentir la tierra, oler las necesidades técnicas, jurídicas y comerciales del negocio, untarse de la zona, de sus habitantes y costumbres y empaparse de la política local, estructurar, es gestar el sueño del destinatario final del inmueble en el vientre de los expertos responsables de hacerlo realidad, es hacer ciudad, con responsabilidad social, estética, económica y técnica”.
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